lunes, 15 de febrero de 2010

LA NIEVE Y LA SANGRE


Estoy escribiendo a ustedes en un día en que la mujer a la que amo ha vuelto del hospital, curada de sus dolores. Estoy escribiendo a ustedes en un día en que mi ciudad está bajo la nieve: una enorme capa de nieve, que todo lo limpia y embellece, aunque a algunos incomoda y estorba. Estoy feliz. Supongo que algunos de los que me leen estarán en sus casas calentitos, al amor de sus hogares o calefacciones, y me quiero hacer la ilusión de que alguno tendrá ganas de visitarme aquí o pensará: “¿qué habrá escrito hoy en su egoteca el antipático?, ¿seguirá hablando de su historia o serán esta vez historias ajenas?

Pues sepan los curiosos que, en estos momentos en que la nieve me ha hecho olvidar la sangre de estos últimos días, también me ha hecho recordar un pasaje que leí hace años del “Perceval” de Chrétien de Troyes. Se trata de una de sus novelas en las que nos contó, allá por el siglo XII, las aventuras de Arturo y sus caballeros. En esta se trata de Perceval, Parsifal o Lohengrin, que de todas esas maneras han llegado a llamarle. Fue caballero enmorado que iba en demanda del Santo Grial. En esas novelas lo que menos importa es lo que se busca y mucho más el hecho de buscar, pues en esa búsqueda se desvela la verdad de ese deseo andante. Cuando leía esa novela, digo, entre tanta aventura y aventura, entre tanto lance y suceso extraordinario, quedé suspendido al leer este bello fragmento poético.

“Por la noche acamparon en un prado cercano a una floresta. A la mañana siguiente nevó mucho y toda la comarca estaba muy fría. Perceval se levantó de madrugada, como solía, porque quería buscar y encontrar aventura y caballería; y se encaminó al prado, helado y nevado, donde había acampado la hueste del rey.

“Pero antes de que llegara a las tiendas volaba una bandada de ocas que la nieve había deslumbrado. Las vio y oyó cómo iban chillando a causa de un halcón que venía acosándolas con gran ímpetu, hasta que encontró a una separada de la bandada, a la que atacó y acometió de tal modo que la derribó en tierra; pero era tan de mañana, que se fue sin querer ensañarse en la presa. La oca había sido herida en el cuello, y derramó tres gotas de sangre que se esparcieron sobre lo blanco, y pareció color natural. La oca no sentía mal ni dolor que la retuviera en tierra, y, antes de que él llegara, ya había reemprendido el vuelo.

“Cuando Perceval vio hollada la nieve sobre la cual había descansado la oca, y la sangre que aparecía alrededor, se apoyó en la lanza para contemplar aquella apariencia; pues la sangre y la nieve juntas le rememoran el fresco color de la faz de su amiga, y se ensimisma tanto que se olvida; porque en su rostro lo rojo estaba colocado sobre lo blanco igual que aquellas tres gotas de sangre le parecía que estaba viendo el joven color de la faz de su hermosa amiga.
“Perceval se absorbe en la contemplación de las tres gotas, en lo que empleó las primeras horas de la mañana, hasta que en las tiendas salieron escuderos que lo vieron absorto y se creyeron que dormitaba.”

Todo esto me recuerda que en medio de tanta lucha y combate, también se puede tener un momento para el humor, el amor y la poesía. Pues si no, ¿para qué luchar y buscar tanto?

10 comentarios:

  1. creo que la vuelta a casa después de una estancia en el hospital, es de las vueltas más queridas. sea con nieve, con viento, con frío o con sol, luz, paz esa vuelta es la que mas se disfruta...
    Bienvenidos a casa!, en esta ocasión utilizo mayúscula

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  2. Claro que se puede...y se debe tener ese momento, y ojalá muchos más.

    Ha sido un placer leer tu entrada, pero es mayor la alegría de saber de esa vuelta a casa...me alegro infinito, aunque sólo soy 'bloguera'.

    Un abrazo para los dos, y un beso, además, para L.

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  3. te he escrito una carta esta mañana desde Avila, mi ciudad , pensando en la mujer en la que amas, y en lo felices que debeis estar ambos por haber vuelto a salir vencedores , triunfantes y felices de otra dura prueba.
    disfrutadlo

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  4. Qué gusto leerte Antipático, y qué felicidad veros de vuelta, cansados, pero contentos. Déjame enviaros un apretado abrazo, aunque lejano, de bienvenida.

    ¡Un besazo enorme!

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  5. Versos de otro, con flores de nieve, para la que tanto amas y cuidas.

    Llénate de mí.
    Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.
    Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame.
    Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora,
    Soy el que pasó saltando sobre las cosas,
    el fugante, el doliente.
    .
    Pero siento tu hora,
    la hora de que mi vida gotee sobre tu alma,
    la hora de las ternuras que no derramé nunca,
    la hora de los silencios que no tienen palabras,
    tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias,
    tu hora, medianoche que me fue solitaria.
    .
    Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.
    Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre.
    Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta.
    No, no quiero ser esto.
    Ayúdame a romper estas puertas inmensas.
    Con tus hombros de seda desentierra estas anclas.
    Así crucificaron mi dolor una tarde.
    .
    Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro.
    Mi corazón no debe callar hoy o mañana.
    Debe participar de lo que toca,
    debe ser de metales, de raíces, de alas.
    No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve,
    no puedo ser la sombra que se deshace y pasa.
    .
    No, no puede ser, no puede ser, no puede ser.
    Entonces gritaría, lloraría, gemiría.
    .
    No puede ser, no puede ser.
    Quién iba a romper esta vibración de mis alas?
    Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué‚ palabra?
    No puede ser, no puede ser, no puede ser.
    Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.
    .
    Porque tú eres mi ruta. Te forjé en lucha viva.
    De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste.
    Tienes de mí ese sello de avidez no saciada.
    Desde que yo los miro tus ojos son más tristes.
    Vamos juntos. Rompamos este camino juntos.
    Ser‚ la ruta tuya. Pasa. Déjame irme.
    Ansíame, agótame, viérteme, sacrificarme.
    Haz tambalear los cercos de mis últimos límites.
    .
    Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca,
    inundando las tierras como un río terrible,
    desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos,
    destrozando,
    quemando,
    arrasando
    como una lava loca lo que existe,
    correr fuera de m¡ mismo, perdidamente,
    libre de mí, Curiosamente libre

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  6. Mil gracias a todos, porque efectivamente estamos felices y de vuelta, lo que siempre es un placer.

    Tienes razón Fuen, en casa ¡qué bien se pasa!

    Mari Luz, las amistades blogueras son las más puras, en ellas puede mostrar uno su mejor perfil y más interesante interesante, mostrar siempre la sonrisa sin enfados, el lado de uno mismo que creemos mejor, sin las impurezas del roce cotidiano, sin el desgaste de la presencia, sin pedir nada..., o sea, que eso de que sólo eres una bloguera es algo magnífico: no existe mejor amigo que el que imagina nuestra benevolencia.

    Anónimo (eso de anónimo queda fatal, búscate un alias: el que tenías antes me encantaba), gracias por el poema de Neruda, y por tu carta, que ya me ha llegado. La contestaré.

    Cata, gracias por tu "besazo", tan vasco.

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  7. Seguiré leyendo (voy por la mitad), sabes que uno de mis traumas infantiles (jajaja me entere en la universidad)fue que el Rey Arturo no existó

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  8. Me pasé por la exposición de los impresionistas, y llego a casa y me encuentro con esto, una impresión que me ha llevado a mi habitación de cuando era pequeña y a oler y sentir los libros.

    Jo si podéis ir un martes, hacen visitas guiadas y merece la pena comer prontito, en el espejo por ejemplo, y luego meterse a la expo, para no esperar mucha cola, besos

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  9. El poema de Neruda no es mio. La carta si. Y efectivamente, a mi tampoco me gusta el anónimato, pero en Avila no tengo mi pc.
    Por cierto , anoche al llegar a casa despues de un curso, me sobrevolaron cientos de grullas que estan regresando.
    Si, pronto será primavera en el valle. Besos para Abril y recuerdale por favor que la pradera más bonita de la Adrada se llama "Navalasgrullas"y que en un par de meses estará tapizada de margaritas y cigüeñas

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  10. Mil grullas en vuelo son siempre anuncio auspicioso de bienhechores augurios. Susurros de encuentros y sensualidad anticipada. Mensajeras anteriores de lujurias venideras. Primavera en viajes misteriosos y lecturas insondables porque sólo ellas saben porque vuelan.
    Expresan la fuerza del deseo y la punzada del remordimiento. Evocan la sensualidad de la nostalgia, en un bellísimo vuelo de geometría nívea,etérea y nocturna.
    Kawabata las relaciona con la ceremonia del té, tan de gusto de los devotos de abril en primavera. Tan hermanas siempre las tazas de las flores.
    En el cielo leemos las señales de las grullas y en la pradera, entre las flores, disponemos la mesa y el alma para el rito de celebración de la vida.
    El rito de los gestos y miradas sutiles y de los objetos trasuntados en belleza y luz por el amor de quien los toca y se deleita.
    Deleite en los más leves roces, en los segundos de la magia que iluminan una vida completa o le dan un significado de belleza que rescata el recuerdo imperfecto, el sufrimiento inútil o la sola rutina que invade nuestros días a despecho de las grullas que vuelan sobre nuestras cabezas indolentes a la belleza.
    Un libro que es un regalo, Mil Grullas, de lectura deliciosa.

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