domingo, 7 de febrero de 2010

EL ALQUIMISTA ALFARERO

Johannes Böttger nació en 1682, en Schleiz, Turingie, y era hijo de un funcionario de la Casa de la Moneda. Después de pasar la infancia en el taller de su abuelo, que es orebre, lo envían a trabajar como aprendiz a las órdenes de un boticario de Berlín llamado Zorn.

Estudió libros de alquimia: el beato Ramón Llull, Basilio Valentino, Paracelso y el Aphorismi Chemici de Van Helmont, donde las sustancias alquímicas figuran con los nombres de León Rubí, Cuervo Negro, Dragón Verde y Lirio Blanco.

Se convenció de que el oro y la plata maduran en las entrañas de la tierra, a partir de arsénico rojo y blanco. Una noche, sus compañeros aprendices lo encontraron semiasfixiado por los vapores de arsénico, en el laboratorio de Zorn.

Entre los clientes de la farmacia se contaba un monje mendicante griego, Lascaris, que tenía fama de poseer la Tintura Roja, o “León Rubí”, una pizca de la cual bastaba para transmutar el plomo en oro.

El monje se enamoró del muchacho. Böttger consiguió una redoma de la tintura y ejecutó su primera transmutación “exitosa”, en los aposentos de un amigo estudiante. El segundo experimento “exitoso” se desarrolló en presencia de Zorn y otros testigos escépticos.

Las damas de Berlín encuentraban irresistible al joven alquimista. Su reputación se expandió: llega a oídos del rey Federico Guillermo el “Gran Amante”, quien obtuvo una muestra de oro gracias a Frau Zorn... y dictó una orden de arresto contra Böttger. Éste huyó a Wittenberg, que estaba subordinada a la corona de Augusto el Fuerte de Sajonia. En noviembre de 1701, los reyes de Prusia y Sajonia realizaron maniobras militares a lo largo de sus fronteras. ¿Cuál de estos soberanos indigentes se apoderará del fabricante de oro? Böttger fue escoltado a Dresde por una guardia armada, como un físico nuclear fugitivo.

En la Jungfernsbastei, una de las diversas prisiones donde se alojó durante los trece años siguientes, comía en vajilla de plata, tenía un mono domesticado y se ponía a trabajar, en un laboratorio secreto, en la búsqueda del arcanum universale o Pedra Filosofal.

Hacia 1706 el Tesoro de Sajonia agotó sus recursos como consecuencia de la guerra con Suecia y de las compras compulsivas de porcelana china por el rey. Augusto, enfurecido por el fracaso de Böttger, amenazó con trasladarlo a otro laboratorio: la cámara de tortura.

Böttger conoció a Ehrenfried Walter, Graf von Tschrinhaus. Este químico sobresaliente, amigo de Leibniz, estaba próximo a descubrir el secreto de la porcelana “auténtica”, pero no logra diseñar un horno de cochura suficientemente caliente para fusionar la capa vitrificada y el cuerpo de la pieza. Reconoció el talento de Böttger y le pidió su cooperación. El alquimista accedió, para salvar el pellejo.

Böttger cuelga un cartel sobre la puerta de este taller:
DIOS, NUESTRO CREADOR HA CONVERTIDO A UN FABRICANTE DE ORO EN ALFARERO.
Este oficio fue, sin embargo, fue el que le llevó a que fuera recordado por la Historia.

En 1708 entrega a Augusto las primeras muestras de porcelana roja y, al año siguiente, de la blanca. En 1710 se funda en Meissen la Fábrica Real de Porcelana de Sajonia, que empieza a trabajar a escala comercial.

El primer tipo de porcelana producido por Böttger era un material refinado, extremadamente duro y de color rojo que se conoció en Alemania como Böttgersteinzeug ("barro de Böttger"). Destacaba la gran nitidez y definición de los detalles, añadidos mediante moldes, con que se adornaban las piezas. Estas podían ser pulidas y abrillantadas antes del proceso de cocción. Las obras imitaban figuras de plata barrocas y cerámicas chinas. Pronto se comenzó a elaborar en Meissen porcelana blanca de pasta dura, un tipo especial de porcelana que se había comenzado a fabricar en China en el siglo IX y que se obtenía cociendo a temperaturas muy elevadas un aglomerado que contenía caolinita y una roca feldespática denominada "petunse". Esta porcelana de pasta dura podía ser vidriada y pintada y comenzó a comercializarse en 1713.

Pronto se empezó a emplear el laboratorio de Albrechtsburg para guardar los secretos de la manufactura del "oro blanco". Como precaución, eran muy pocos los trabajadores conocedores de los arcanos de la elaboración de la porcelana. Aún cuando un trabajador conocía algunos secretos del oficio, estos eran relativos solo a una parte del proceso. Por esto, durante algunos años, Meissen tuvo el monopolio de la producción de porcelana de pasta dura en Europa. En torno a 1717 la competencia se estableció en Vien, ya que Samuel Stöltzel vendió la receta secreta, que incluía el empleo de caolinita o "barro chino". Ya en el año 1760, unos 30 fabricantes de porcelana estaban asentados en Europa. Sin embargo, la mayor parte de ellos producía porcelana de pasta blanda debido a la falta de yacimientos locales de caolinita.

En 1719 Böttger muere, víctima del alcohol, la depresión, el delirio y el envenenamiento químico. La porcelana de Meissen se hizo mundialmente famosa.
La extremada rareza de algunas partidas de la porcelana de Meissen y el enorme valor que les confiere la calidad del material empleado, hicieron que fueran empleadas exclusivamente por los estamentos de la nobleza y la realeza. La porcelana de Meissen fue encargada, entre otras, por las realezas rusa, francesa e inglesa, así como por otras casas nobiliarias de países de Europa. De esta simple forma, la porcelana de Meissen se fue repartiendo por diferentes colecciones. Cuando empezaron a emerger las clases acomodadas de Estados Unidos, empezaron también a adquirir piezas de viejas colecciones (como los Vanderbuilt, que comenzaron la suya propia). Algunas de estas colecciones pueden disfrutarse en diferentes museos del mundo.
Con el paso del tiempo, el Rey mandó traer a los mejores artistas y artesanos de Europa para decorar las porcelanas, que adquirieron fama mundial. Resta decir que para identificar los productos de Meissen originales, se marcaron en un principio con un diseño pintado en la superficie. Enseguida, estos diseños identificativos se grabaron en azul por debajo del vidriado. Las primeras marcas como "AR" (Augustus Rex, el monograma del rey), K.P.M. (Königliche Porzellan-Manufaktur), M.P.M. (Meissener Porzellan-Manufaktur) y K.P.F. ("Königliche Porzellan-Fabrik) fueron finalmente sustituidas por el logotipo de las dos espadas cruzadas. Introducido en 1720, se empezó a utilizar de forma habitual a partir de 1731 por decreto oficial. Las diferentes variaciones en el estilo de las espadas permiten hoy en día datar las porcelanas de Meissen. La fábrica ha conseguido sobrevivir hasta nuestros días, pasando por multitud de avatares, incluidos los de la etapa comunista tras la segunda guerra mundial, que nos cuenta Bruce Chatwin en su novela “Utz” (de la que he sacado esta historia), cuyo protagonista es el barón de Utz. El tema de la novela es la pasión por el coleccionismo y las manías y locuras a que puede llevar.
La porcelana de Meissen fabricada en los primeros cien años (hasta 1814) tiene una gran cotización en los mercados de antigüedades. Al igual que su descubridor, que vivió y murió envenenado y obsesionado por el secreto de la piedra filosofal, algunos coleccionistas perdieron su estabilidad económica y mental aquejados de la fiebre emanada de esta mágica porcelana, como el barón de Utz.

3 comentarios:

  1. Es un gusto que disfrutes de temas tan dispares, y que sepas hacernos disfrutar a los demás...

    También me ha encantado el recorrido por el Museo de Meissen. ¡Qué envidia!

    Por si no te lo había agradecido antes, ¡muchísimas gracias por compartir tanto!

    Y un beso muy especial y sincero para hoy.

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  2. Leyendo esta historia sobre la porcelana, se me vienen a la mente las maravillosas tacitas de té y café de Abril, y los dulces tan ricos que las acompañan ( y que le gustan tanto a Argos )

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  3. Me parece muy interesante tu espacio, creo que me apuntaré en tu lista.

    saludos

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