domingo, 21 de marzo de 2010

CÓRDOBA INUNDADA

Si en su ciudad disfrutan de El Corte Inglés, sabrán que ha llegado la primavera. Acaba así un invierno lluvioso que ha inundado los campos y las tierras de este país, incluso en Andalucía. El río Guadalquivir estuvo a punto de desbordarse en Córdoba. Sus habitantes, cada año, cuando llega la primavera, diluvie o haya sequía, provocan una inundación de su ciudad..., una inundación de poseía.

La ciudad organiza un festival de poesía llamado cosmopoética. Durante dos meses celebran acontecimientos y actividades poéticos de todo tipo: talleres y concursos de poseía en las escuelas; “poesía para la libertad” en las cárceles; “poesía sobre ruedas” instalando poemas en autobuses urbanos; distribuyen poemas gratuitamente en la calle; se organizan recitales de poesía; se hacen concursos de video-poesía; poesía mística y de oriente; poesía cantada y musical; poesía a pedales, con rutas poéticas en bicicleta; en “arte y poesía” dialogan versos e imágenes; proyecciones de cine y video poéticos; la poesía sale de copas por las noches en los pubs; los caligrafistas escriben bellos versos; los actores los declaman en escena; la poesía está colgada en los balcones; hay iconos y poemas en la calle; desfilan cabalgatas que lanzan una lluvia de poemas; se rinde homenaje a poetas idos y otros vienen de muy lejos a recitar sus versos, a presentar sus libros...

Cada año, en marzo y abril Córdoba se llena de emoción y de belleza, de pasión poética. Allí podrán encontrarse poemas escritos, recitados, leídos, ilustrados, cantados, filmados, perdidos y encontrados, poemas encerrados y poemas en libertad. Flotan sobre la ciudad, como nubes en días de tormenta, y descargan sobre ella una lluvia que lo inunda todo y que hace florecer la ciudad. Quizá ahora añoren los tiempos en que Córdoba fue capital del Califato de los Omeyas, donde a su corte, la más rica, poderosa y culta de entonces, acudían poetas y sabios de todo el mundo.

2 comentarios:

  1. Lourdes me ha traído hasta aquí.
    Quisiera estar ya en esa Córdoba inundada de poesía.
    Seguiré leyendo.
    Beatriz

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