viernes, 22 de octubre de 2010

EL ULTIMO AMOR DE AMEDEO MODIGLIANI

Amedeo Modigliani (1884-1920) fue un artista nacido en Italia que en 1906 se trasladó a París. En esa época era la indiscutida capital de la pintura vanguardista europea. Muchos marchantes de arte progresistas buscaban nuevos talentos en la ciudad. Ese año había triunfado el “fauvismo” en el Salón de Otoño. El mundo artístico residía todavía en Montmartre, rejuvenecido hacía poco con pintores como Picasso, Juan Gris y otros habitantes del legendario Bateau-Lavoir, un falansterio para proletarios. Allí se fue a vivir y conoció a una serie de artistas de la vanguardia y a personajes célebres. Influido en principio por Toulouse-Lautrec, Amedeo encuentra inspiración en Paul Cézanne, el cubismo y la época azul de Picasso. También es evidente la influencia que ejercen sobre él Gustav Klimt y las estampas del japonés Utamaro. Su rapidez de ejecución le hace famoso. Nunca retocaba sus cuadros, pero los que posaron para él decían que era como si hubiesen desnudado su alma.

Modigliani apenas medía 1,65; pero era bello, intenso y excesivo. Su vida estaba infectada por la bohemia de las noches largas de hachís, alcohol, sexo, pendencias y otras ebriedades no menos líricas. En sus borracheras buscaba el alcaloide de esa aleación de vértigo y fugacidad a la que los románticos llamaban «vida». Cuando la cocaína mezclada con hachís le sabía a poco, se colocaba con una absenta explosiva llamada mominette, un alucinatorio destilado hecho de patatas.

Sus amigos Cocteau, Picasso, Brancusi, Blaise Cendrars…, le llamaban "Modì" (exactamente como se pronuncia la palabra maldito en francés). Fue todo un representante de la bohemia parisina. Amedeo tenía una ingeniosa forma de ser y un aspecto atractivo, que emanaba magnetismo hacia las mujeres. Tuvo numerosos amores con muchas de ellas, que también eran sus modelos, como Beatrice Hastings, con la que mantuvo una relación de unos dos años. Entre 1916 y 1919, Modigliani pintó aproximadamente veintiséis desnudos femeninos. La sensualidad que emanan de dichas pinturas, y las numerosas modelos que pintó, acrecentaron la leyenda novelesca, nunca confirmada con documentación fiable, de un Modigliani, bohemio, amante voraz, dado a las drogas y al alcohol, mientras su enfermedad, que arrastraba desde niño, avanzaba.

Muchos de esos cuadros fueron expuestos, en su primera exposición individual, en la galería de Berthe Weill, y uno de ellos se mostraba en el escaparate de la sala. La masiva afluencia de público que se detenía ante el escaparate, provocó que fuera clausurada ese mismo por la policía, pues la Comisaría estaba enfrente, por considerar aquellos desnudos inmorales. Modigliani preguntó al comisario qué era lo que le parecía tan grave de esos desnudos, a lo que respondió. “¡Esos desnudos tienen vello púbico!”.

Ese mismo año conoció a Jeanne Hébuterne, una estudiante de 18 años que había posado para Foujita. Cuando la familia burguesa de Jeanne se entera de esta relación con el que era considerado un depravado, le corta su asignación económica. Sus tormentosas relaciones se hicieron aún más famosas que sus borracheras.

Jeanne era, en palabras del escritor Charles-Albert Cingria, una joven amable, tímida, tranquila y delicada, y se convirtió en el tema principal de la pintura de Modigliani. En otoño de 1918, en el último año de la Primera Guerra Mundial se estrechaba el cerco sobre París, contienda a la que vivía ajeno el artista. Debido a sus problemas de salud, la pareja tuvo que mudarse a Niza, en la Riviera francesa, donde según el marchante de Modigliani residía una comunidad de ricos aficionados al arte que apreciarían su pintura. Jeanne Hébuterne, que había abandonado todo por estar con Amadeo, fue con él. Ella fue su gran amor, y pintó docenas de retratos de ella, de los que ahora muestro unos pocos.
Por sugerencia del marchante Guillaume, realiza una serie de desnudos (ahora sus obras más cotizadas), con la pretensión de venderlos a los millonarios que veranean en la Costa Azul, sin mayores éxitos.

El 29 de noviembre de 1918, en una clínica obstétrica de Niza, donde también trataban de superar la avanzada tuberculosis de Modigliani, Jeanne trajo al mundo a un niña, a la que daría su mismo nombre. La pequeña fue entregada al nacer a una institución, para asegurarle unos cuidados que sus padres no podían darle, pero no fue dada en adopción. Fue la única hija “reconocida” del pintor.

En mayo de 1919, volvieron a París, a la calle de la Grande Chaumière. Poco a poco consigue vender obras, pero su estado de salud no cesaba de agravarse. Tras un largo período en el que sus vecinos no sabían nada de él y después de una noche de excesos y de haber peleado con unos vándalos en la calle, consumido por la enfermedad, tras una semana de terrible agonía en que la pareja permanece recluida en su estudio, sin comida y sin solicitar ayuda a nadie, le encuentran en un estado lamentable delirando en la cama a la vez que sostenía la mano de Jeanne. Lo llevan al hospital. Lo único que puede hacer el médico es atestiguar que su estado es desesperado. Murió finalmente de meningitis tuberculosa, a los 35 años de edad, el 24 de enero de 1920.

Esa madrugada, cuando los padres y el hermano de Jeanne discutían sobre su futuro y el de sus hijos ilegítimos, y estando Jeanne en el noveno mes de su embarazo, saltó por la ventana del quinto piso de su antigua habitación en el apartamento de sus padres, 8 bis, rue Amyot, en el distrito V de París. Unos días antes Modigliani había pedido el permiso al gobierno francés para contraer matrimonio con Jeanne.

El 27 de enero Modigliani fue enterrado «como un príncipe» en el cementerio de Père-Lachaise después de que el cortejo fúnebre formado por toda la comunidad de artistas acompañó su cuerpo por las calles de París. Jeanne, en cambio, fue enterrada en secreto por sus padres en el cementerio de Bagneux. No fue hasta 10 años más tarde, cuando Emannuele Modigliani, el hermano mayor del pintor, convenció a la familia Hébuterne para trasladar los restos de Jeanne a una tumba junto a la de Amedeo. Desde 1930 reposan juntos, bajo el epitafio: "Compañera devota hasta el sacrificio extremo".

La hija de ambos permaneció en la institución hasta la muerte de sus padres, momento en que la hermana de Modigliani que vivía en Florencia acogió a la pequeña Jeanne y la crió. Ya mayor, Jeanne Hébuterne Modigliani, de casada Jeanne Nechtschein, escribió una importante biografía sobre su padre titulada: Modigliani: hombre y mito.

4 comentarios:

  1. Este señor, a la hora de nacer y morirse, fue tan rápido como el padre funcionario del niño del chiste, que salía de trabajar a las 15,00 y llegaba a casa a las 13,30...(Y por favor que no se ofenda nadie, que es un chiste)

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  2. ¡Cómo me hubiese gustado ser una de sus modelos ¡ Me encanta su pintura...sus azules me vuelven loca y ademas era terriblemente atractivo...Estoy por terminar de leer una biografia suya que compré en el Thyssen en la exposicion de febrero del 98, pero te recomiendo la pelicula "Los amantes de Montparnasse "( 1958)del director Jacques Becker.

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  3. Anónimo, ya está corregido el error. Gracias gracioso

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  4. Que vidas breves, azarosas, extremas.
    Saludos
    Ella si tiene una cara interesante.
    Cristina

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