Es un tópico hablar de la relación que siempre han existido entre el genio y la locura. Hoy quiero hablarles a ustedes de algunos que coincidieron en el mismo manicomio suizo en el período de entreguerras.
Nijinsky en "La siesta de un fauno" |
Su padre abandonó a su familia cuando era niño. Vivieron en la pobreza con su madre. Su hermano padeció locura. Todo ello configuró en él un carácter tímido. Consiguió entrar en los famosos ballets de la corte imperial rusa, y desde allí comenzó su fulgurante carrera. De la mano de Diaghilev, el más grande empresario artístico de todos los tiempos, que supo reunir a los mejores pintores, músicos, escritores y bailarines en sus espectáculos, consiguió que sus danzas y coreografías fueron mundialmente conocidas. Su genio era aclamado por doquier. Todavía hoy se recuerda en todos los tratados de historia de la música, el escándalo que protagonizó en el estreno de La consagración de la Primavera, de Stravinsky, con su espíritu transgresor de todo lo anterior. Pero la relación con el empresario fue tormentosa. Los celos, la homosexualidad, la envidia, las exigencias de una fama que le hacía trabajar hasta caer extenuado y sonreír en todo tipo de actos sociales, y los abusos del empresario rompieron su relación y le condenaron a la inactividad. Luego vino el aislamiento por la primera guerra mundial, y la revolución rusa, que había acabado con su mundo de la infancia. Más tarde, las inquietudes religiosas, a lo que se añadirían unas relaciones familiares difíciles. Todo ello fue más de lo que pudo soportar. Su espíritu zozobró en la oscuridad y él se retiró del mundo. Le diagnosticaron una locura incurable, lo que obligó, en 1919, a internarle en un manicomio llamado Bellevue, que estaba en Kreutzlingen (Suiza), cerca del lago Constanza.
A él le gustaba decir que era un buscador de la verdad, que era un filósofo, pero no del pensamiento, sino que quería llegar al fondo de las cosas a través del sentimiento. Cuando se lo llevaban al sanatorio, tras múltiples brotes y crisis esquizofrénicas, le dijo a su mujer, “no pierdas la esperanza. ¡Dios existe!”. Romola Nijinsky, su mujer, cuenta todo esto en su biografía Nijinsky. En su segunda parte Los últimos años de Nijinsky, el bailarín tuvo altibajos en su enfermedad. Recomiendo su lectura. Su mujer nunca se separó de él y luchó por que se recordara su nombre. Lograron huir de los nazis, que intentaron ingresarle en un campo de concentración como demente, pero consiguieron huir y lograron sobrevivir también, en un mar de penalidades, a la Segunda Guerra Mundial.
E. Kirchner. Mujeres en la calle |
E. Kirchner. Los artilleros |
E. Kirchner. Vista del lago Constancza desde Kreutzlingen |
En aquel sanatorio de Kreutzlingen coincidieron dos de los genios más importantes de un tiempo rico en artistas y científicos brillantes, pero también en criminales. En la primera mitad del siglo XX las vanguardias y los avances más grandes que había habido nunca, en los campos del arte, del pensamiento y de la ciencia, convivieron con la barbarie, el crimen, el fanatismo y las guerras más atroces que había conocido la humanidad. Sus mentes y su sensibilidad no lo resistieron.
La antigua y siempre presente idea de la asociación entre genio y locura alcanzó gran notabilidad con el médico italiano Cesare Lombrosco.
ResponderEliminarSegun él, la mayoria de los grandes hombres padecieron trastornos neurológicos o psiquiátricos...
pero...¿y las mujeres ? ¿te suena alguna además de Juana la Loca ?
Me viene a la memoria y lo busco en las estanterias: "Locos egregios" de Juan Antonio Vallejo Nágera en Memoria de la Historia.
ResponderEliminarMaquiavelo
AbderramanIII
Hugo Van der Goes
Cellini
Leone Leoni
Pietro Aretino
Caravaggio
Farinelli
Caffarelli
Schikaneder
Mozart
Goya
Schumann
Liszt
Van gogh
Rusiñol...
¿Te sirven para tus listas ?
Pues mira, ya que me lo dices, y sin salir de este mismo manicomio hay que citar a Bertha Pappenheim, feminista activa y ejemplar, defensora de los derechos de los niños y las mujeres, escritora y poeta. Pero sobre todo gran solitaria con graves problemas sexuales.
ResponderEliminarEstuvo internada en el mismo manicomio de Kreutzlingen años antes que los genios que hoy cito, en el siglo XIX. Estuvo en tratamiento por lo que entonces llamaban histeria, y fue tratada por el famoso psiquiatra Breuer, que comentó el caso con otro psiquiatra amigo suyo, bastante conocidillo, un tal Sigmund Freud. Con ella se inició un tratamento, que luego fue llamado psicoanálisis. Breuer y Freud cuentan su caso y su tratamiento, en su obra "Estudios sobre la Histeria (1893-1895)"; es la paciente que ellos llaman Anna O. Por culpa de su caso, ambos psiquiatras discutieron.
Por si piensas que me lo invento todo, en mi manía por la "cultura-ficción", te diré que es todo cierto. Te mando la referencia de la wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Bertha_Pappenheim
Lo de las listas de locos la utilizaré para el juego de los malditos, que algún día acabaremos los hermanos.
¡qué interesante¡ y qué requetelisto eres...
ResponderEliminarHola, acabo de conocer tu blog y me he quedado boquiabierta con la historia de Nijinski, me ha encantado tu relato. Me gusta tu blog y si no te importa me quedo como fan. Saludos.
ResponderEliminarSe bienvenida Odile, encantado
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