FILOSÓFICA.- Carta más bien aburrida, con la que algunos pedantes dan el tostón a quienes escriben, contándoles sus ideas y concepción del mundo. Son famosas las "Cartas filosóficas" de Voltaire.
HANFF, HELENE.- Escritora norteamericana (1918-1997), autora de la maravillosa novela epistolar “
84 Charing Cross Road”. Un día de octubre de 1949, una joven escritora desconocida envía una carta desde Nueva York a “
Marks & Co”, la librería situada en el número 84 de Charing Cross Road en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y pobre, la escritora reclama al librero por carta volúmenes rarísimos durante más de veinte años. Este le contesta, casi siempre eficaz, de modo exquisitamente cortés. Pero poco a poco, la correspondencia va adquiriendo una familiaridad que se convierte en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia excéntrica y llena de encanto evoca, delicadamente, la importancia que ocupan en nuestra vida los libros..., y las librerías.
Anthony Hopkins y Anne Brancroft protagonizaron la película de los años ochenta basada en esta novela.
INSULTO.- Contenido propio de las cartas anónimas. Precisamente así, “
Cartas anónimas”, se llama este microcuento:

“
La empresa se negó a subirle el suelo. Descargó su rabia y furor escribiendo una carta anónima al director, llena de amenazas, palabras soeces e insultos groseros que se extendían a todos los miembros de la familia, salpicando a la tercera generación. Al cabo de unos días, el director, con rostro grave, acompañado por un señor que tenía el aspecto de ser inspector de policía, les reunió a todos y solicitó escribieran al dictado una carta de su puño y letra, debidamente firmada, por supuesto. Respiró tranquilo porque su carta la había escrito a máquina. Al día siguiente diez compañeros fueron despedidos de la empresa y denunciados en el juzgado por “insultos y ofensas” en la persona del director. Otras ciento veinticinco cartas, escritas a máquina, quedaron sin poder aclararse su procedencia y autores de las mismas” (“Florecillas para ciudadanos respetuosos con la Ley”; Alonso Ibarrola).
NÁUFRAGO.- Individuo que escribe cartas muy particulares. Suelen ser mensajes de contenido desesperado, pidiendo socorro y rescate, de redacción breve, sin destinatario específico y que se envían arrojándolas al mar dentro de una botella..
PLUMA.- Para muchos autores es la mejor herramienta para redactar una carta. Toma su nombre de que, en su origen, se fabricaban con las plumas de las aves, cuyo cañón, cortado de manera especial, se mojaba en el tintero. Fueron evolucionando hasta las plumas estilográficas, auténticos instrumentos de placer.
"Hay la pluma que produce erratas quizá por propia comodidad. Hay la que tiene buena letra, la que quiere a toda costa hacer letra redondilla, con los ojos de las oes muy cerrados. Hay la que tiene una letra cercenada, más sincera que las demás y con la que el pensamiento disfruta rematando ideas...". (Ramón Gomez de la Serna: “Automoribundia”).
QUEIRÓS, EÇA DE.- Escritor portugués de éxito en el siglo XIX (1845-1900). Autor de la novela, “La correspondencia de Fadrique Mendes”, personaje singular, autor de cartas escritas desde París, que el autor da a conocer. Fadrique en sus cartas proclama la vuelta a lo genuino, denosta el liberalismo y la democratización de la vida pública y la igualdad de comportamientos e indumentarias, que le parecen insoportables. Tampoco es un romántico, sino propenso al culto de la forma y de la estética como estado superior de un arte idealizado. En realidad Fadrique fue un heterónimo del propio autor, a lo que tan amigo sería, ya en el siglo XX, otro compatriota suyo, Fernando Pessoa.
La novela es agradable y un ejemplo más de la literatura epistolar, hoy bastante olvidada.
REMITE.- Nota que se pone en las cartas para identificar a la persona que la envía. Su ausencia es presagio de sorpresa, secreto... (Ver voz “desconocida”). “No había más que aquellas hojas; ni la dirección del remitente, ni tan siquiera una firma” Stephan Zweig, "Carta de una desconocida".
TINTA.- El color de la tinta utilizada en las cartas es un importante elemento a tener en cuenta. No debe descuidarse su significado. Como todo el mundo sabe, cada color representa algo distinto: el rojo simboliza la pasión, el azul la confianza, el verde la esperanza, el amarillo el placer, el rosa la ingenuidad, el negro la seriedad y la triteza, el gris el aburrimiento, etc.... El escritor de cartas debe tener en cuenta también el color del papel y que su combinación con la tinta sea armoniosa, y sobre todo legible.
Los eruditos chinos, en su estudio, conservaban piezas de tinta china de diferentes colores. Una vez molida y confeccionada la tinta, escribían sus cartas, distintas para cada ocasión.
ULISES.- Personaje mitológico, cuyas desventuras nos cuenta Homero en la “Ilíada” y la “Odisea”. Estuvo diez años en la guerra de Troya y otros tantos perdido por los mares, y fue incapaz de escribir una sola carta a su mujer, Penélope, que a pesar de ello, rechazó a sus pretendientes y le guardó fidelidad haciendo calceta.
URGENTE.- Carta que se expide y cursa con especial rapidez..
WUNSCHZETTEL.- Los alemanes, que son muy suyos, llaman así a la carta a los Reyes Magos. Los cuerpos de estos monarcas de reinos de ubicación incierta, tanto geográfica como temporalmente, fueron enterrados en la catedral alemana de Colonia durante la Edad Media. Contestan a las cartas que les escriben enviando regalos, aunque no siempre los que les piden.
XIN-TAK-SIS.- Vocablo chino que designa la manera de enlazarse y ordenarse las palabras en las oraciones dentro de la carta. En esto de las cartas conviene cuidar la letra, la sintaxis y la ortografía.
YO.- Es el tema favorito del que tratan casi todas las cartas personales. Quien las escribe suele suponer que es tema de interés para el destinatario. Esas cartas se han convertido, con el paso de los siglos, en el mejor ejemplo de “literatura del yo”, que Tomasso Marinetti denostara, como género anticuado, en su Manifiesto del Futurismo, pero que sigue practicándose con profusión hoy en día.
ZOZOBRA.- Estado de ánimo del que teme que no le llegue una carta que tanto espera y que necesita recibir imperiosamente (véase la voz “anhelo”). Quienes mejor conocen esa situación son los náufragos (véase la voz “náufrago”), que la han experimentado físicamente, a bordo del barco que se hundió, y anímicamente, esperando que alguien lea su mensaje en la botella.

FINAL.- Víctor Hugo, que fue poeta, novelista y autor dramáico, que encima intervino en política y que sólo vivió ochenta y tres años, tuvo tiempo de escribir más de diecisiete mil cartas, todas ellas estupendas. A pesar de la agitación de nuestra época, es interesante escribir, al menos, una buena carta todos los meses. Se ha de empezar por tener a quien escribirlas, y si no se tiene se ha de buscar. Es lo que hace Antipático, y todas las veces que parece haber encontrado a alguien escribe, con el fin de añadir ese agrado feliz a su vida. Si no contestan no es culpa suya. Todo este esforzado diccionario no deja de ser una especie reclamo.
Las cartas no tienen por qué ser largas. Oscar Wilde, brillante escritor de numerosas cartas, escribió una de las mejores y más cortas que se han escrito nunca. En una ocasión recibió en una carta invitándole a una velada, que decía lo siguiente:
Lady X, estará el jueves día 25, en su mansión,
a partir de las 5 de la tarde
A lo que el escritor contestó: